El 2 de Marzo de 1974 Salvador Puig Antich fue asesinado por el régimen franquista. El Garrote Vil que segó su vida, helo la sangre de toda Europa. Es un crimen conocido y recordado, pero hay algunos aspectos que suelen pasar desapercibidos. La historia nunca es en blanco y negro, la memoria tampoco debe serlo.
1973, El Franquismo en crisis
Puig Antich es detenido en 1973, el año en que “Viva España” de Manolo Escobar arrasa las listas de éxitos y Pink Floyd publica “La cara oculta de la luna”.
Pero son la Crisis del Petróleo y la Guerra Fría, lo que marca el rumbo de la política internacional. Mientras la economía mundial se tambalea, EEUU auspicia los golpes de estado de Uruguay y Chile (Allende). Por el contrario, se ve obligado a reconocer su derrota en Vietnam, y Guinea-Bisáu se independiza de Portugal, poniendo las bases para “La Revolución de los Claveles”. La descomposición de la dictadura vecina hizo comprender a los franquistas más avispados, que Manolo Escobar no era suficiente para garantizar la continuidad del régimen.
Dos acontecimientos internos les darían la razón. Por un lado la Crisis del Petróleo cierra el ciclo de crecimiento dirigido por los tecnócratas del Opus, dando alas a un renovado movimiento obrero; por otro, la muerte de Carrero Blanco, a manos de ETA, desata la crisis del régimen.
No obstante, no es el nacionalismo vasco, sino el movimiento obrero, quien dirige y constituye el grueso de la oposición. Un movimiento obrero muy dinámico que se encuadra mayoritariamente en las Comisiones Obreras, muy debilitadas por el “Proceso 1001” contra sus dirigentes y por la fuerte contestación interna al dirigismo del PCE. Del dinamismo de este sector de la oposición, y de su propia crisis interna, da buena cuenta la creación en este mismo año de 4 partidos comunistas: PTE, PCOE, UCE y OC (BR).

Hasta aquí la versión más o menos oficial ofrecida por la “Cultura de la Transición”. Lo que se le escapa a esta versión es “La cara oculta de la luna”: una autentica revolución cultural en marcha bajo la influencia (entre otros) del Mayo del 68 Francés.
Un nuevo sujeto político
Si la clase obrera continua siendo la vanguardia del antifranquismo, a ella se une una nueva generación que, gracias al desarrollismo de los años sesenta, ha entrado en la Universidad o en la Formación Profesional. Es la generación del franquismo más culta y abierta al mundo. Pese al aislamiento, recibe la impronta de todo el movimiento contestatario de los sesenta: Mayo francés, Movimiento por los Derechos Civiles, cultura underground, antiimperialismo, Guevarismo…
Su militancia y consignas no se corresponden con las de sus mayores. Se dejan el pelo largo, escuchan música en inglés y no admiten disciplinas de partido. La sexualidad, las primeras drogas y la “crítica de la vida cotidiana”, sustituyen a las demandas “economicistas” de sus padres. Quieren libertad y la quieren ya, no van a esperar al paraíso socialista para disfrutarla. “Dos, tres, muchos Vietnam” es su grito de guerra.
Salvador es un buen ejemplo de esta generación. Hijo de un militante catalanista, que conoció el exilio y los campos de concentración, combina estudios universitarios, trabajo y militancia; mantiene una relación fluida con el exilio anarquista en Touluse y aborrece del vanguardismo (jerarquía + disciplina) de los partidos comunistas que conoció en su temprana militancia en Comisiones Obreras (1967).
Nuevas formas de organización
Esta generación de antifranquistas tiene, por lo general, un ciclo de militancia muy parecido. Comienza a finales de los 60 en los centros de estudio, desplazándose más tarde a las organizaciones de base de los barrios y en algunos casos a las fábricas. En este periplo conocen a las organizaciones antifranquistas más veteranas y mejor asentadas (Comisiones Obreras, PCE y el movimiento cristiano de base) con las que chocan a menudo y eso les ánima a crear sus propias organizaciones, con la vista puesta en el otro lado de los Pirineos. Surgen así los primeros núcleos de los movimientos sociales y un sinfín de siglas, cuyo único nexo común es la crítica a los partidos históricos. Recalan en ellas la militancia más joven y combativa de cada sector. En Tudela, hasta donde llegan mis datos, asientan sus bases en estas fechas (primera mitad de los setenta) PTE, ORT y MCE, con menor presencia y un poco más tarde ESAM, primer núcleo de la Izquierda Abertzale.


El MIL (Movimiento Ibérico de Liberación) es una de esas siglas, y en ella milita Puig Antich. Se trata de una organización atípica dentro del antifranquismo, pero no desde una perspectiva europea.
A mitad de camino entre el anarquismo y el comunismo, se reclaman “Consejistas” (consejos obreros) o comunistas-libertarios, y aborrecen de la política (pactismo) en general y del totalitarismo y el nacionalismo, en particular. Otra de sus influencias más destacadas proviene de la Internacional Situacionista de Guy Debord, que a mitad de camino entre las vanguardias artísticas y el activismo político, acabaría por inspirar desde el Punk, hasta los nuevos movimientos sociales de los ochenta.
Practican la lucha armada (la propaganda por el acto) a través del GAC (Grupos Autónomos de Combate) pero nada tienen que ver con ETA o el FRAP, no actúan contra las FOP, ni buscan el poder mediante la revolución. Ocupan lo que en Europa se denominaba “espacio de la Autonomia” o Autónomos simplemente y su función es apoyar al movimiento obrero en su lucha contra la dictadura.
( Portadas 1 y 2 de CIA «Conspiración Anarquista Internacional» Editada por el MIL )
Consejistas, libertarios, situacionistas, asamblearios, estos estudiantes que asaltaban bancos para editar libros y revistas, tuvieron que ser vistos con asombro, cuando no desconfianza, por los militantes tradicionales. Sus señas culturales adelantaban lo que en Euskal Herria por ejemplo, no llegaría hasta 10 años más tarde: Rock, Comics, Fanzines, autogestión y acción directa. Son en cambio contemporáneos de grupos como Angry Brigade (UK), Weather Underground (EEUU), Panteras Negras (EEUU), o los movimientos autónomos de Francia, Italia y Alemania, además de la RAF o las Brigadas Rojas y todas las guerrillas sudamericanas. Los movimientos antiglobalización, antimilitaristas… son en buena medida herencia de estas organizaciones caracterizadas por su juventud y desprecio por la política tradicional. La otra parte es más complicada.


Un militante armado
A la hora de recordar a Puig Antich, hay un hecho sobre el que se suele pasar de puntillas: Salvador era un militante armado, todas las organizaciones arriba citadas lo eran. En los años 70, toda la izquierda “alternativa” a Moscú y a la socialdemocracia, tuvo esa tentación. Y muchos/as sucumbieron a ella. En América del norte y del sur, en Europa, en África, en Asia… Incluso ya en los ochenta, el antimilitarismo, no siempre fue “no violento”, siendo a mi juicio esta distinción entre “violencia” y “militarismo”, su mejor contribución teórica.

Tras el estreno de la película “Salvador” que rememora estos hechos, algunos de sus compañeros de armas criticaron la forma en que presenta su militancia y compromiso. En el momento de su detención Puig Antich portaba dos pistolas y cuando le arrebataron una, no dudó en utilizar la otra. No era un inocente idealista, sabía a qué clase de monstruo se enfrentaba, su propio padre había sido condenado a muerte (y luego indultado) por Franco. Entre el sanguinario anarquista que presenta la prensa franquista y el inocente idealista que nos brinda la Cultura de la Transición, se encuentra Puig Antich.
La transición no fue pacífica. La muerte de Enrique Ruano a manos de la policía inspira la militancia armada de Salvador y sus compañeros. Salvador fue detenido con la mandíbula destrozada por un balazo, pero eso no le evito la tortura. Tampoco de ella se salvó Santi Soler, que días antes facilitó la información para la captura de sus compañeros. Estando ya preso Puig Antich, ETA vuela por lo aires a Carrero Blanco, presidente del Gobierno Español. El franquismo lo asesinaría para demostrar firmeza y para dar apariencia de normalidad, mata tambiéncon el mismo método y en el mismo día, a Heinz Chez (Georg Michael Welzel). El ideólogo del MIL, Oriol Solé Sugranyes, caería asesinado (en Burguete, Navarra) apenas dos años después en la conocida como “fuga de Segovía”; como asesinados serían los abogados de Atocha, los obreros de Gasteiz, Germán Rodríguez, Gladys del Estal… La transición se cerró con un golpe (¿autogolpe?) de Estado el 23 de Febrero de 1981 y no, no fue pacífica.

Toda memoria implica repensar el pasado. Contextualizar los hechos no significa justificarlos, sino explicarlos. La Transición se pactó al margen de una buena parte de la oposición a la dictadura, pero no al margen de la violencia franquista, quedando ésta, plenamente integrada en el nuevo régimen.
La “Banalidad del Mal”

Hannah Arendt es la creadora de uno de los conceptos más potentes de la filosofía política del Siglo XX. La Banalidad del Mal explica como personas aparentemente normales, son capaces de los más atroces actos. El Holocausto nazi, la tortura o el garrote vil que segó la vida de Salvador, no son actos de dementes, sino de burócratas.
«Carlos Rey asegura que siempre ha estado contra la pena de muerte y naturalmente contra la violencia. «
Carlos Rey es el juez que redacto la sentencia que condenó a muerte a Salvador y un “buen ejemplo” de lo que supuso la (no) Transición en medios judiciales. Si con la dictadura firmaba sentencias de muerte, la “democracia” lo recompensó con un puesto de profesor universitario, que ocupó 40 años. Hoy es un respetable abogado que entre otros clientes, defiende a dirigentes del PP acusados de corrupción. Carlos Rey asegura que siempre ha estado contra la pena de muerte y naturalmente contra la violencia. No se arrepiente, no se siente culpable y argumenta que cada vez que han intentado procesarlo, la ley le ha dado la razón. Él (como Eichman) actúo conforme a derecho, aunque cada investigación revele nuevas irregularidades en el proceso: desaparición y denegación de pruebas, torturas…
Antonio López Sierra cobró el 2 de marzo de 1974, 11.000 pesetas, que a buen seguro llevó feliz a su familia. Por la ejecución de Salvador 8.000, y 3.000 en concepto de dietas. Antonio fue el verdugo de Salvador y 16 personas más. No era un trabajo bien pagado, no era la ambición lo que le llevó al oficio. Antes que verdugo fue cerrajero, atracador, preso, soldado del bando nacional y de la división azul y barrendero en el Berlín de la posguerra mundial; después sería: improvisado actor y trilero, para acabar sus días como portero en el barrio de Malasaña donde, se quejaba, casi nadie quería hablar con él. Era bajito, regordete y charlatán, no escondía su oficio. Para sobrellevar tanta penuria, bebía en abundancia y aseguraba: «Lo mismo me da que sea verdugo, dándome de comer…» En realidad ese día no le tocaba a él ejercer de verdugo, pero Copete, su compañero de oficio y fatigas, cumplía condena (el lumpen salta a diario de un lado al otro de la ley) y López Sierra lo sustituyó. Tras su muerte su tumba se convirtió en lugar de peregrinaje para nostálgicos del franquismo y su familia decidió exhumarlo e incinerarlo para borrar el duro lastre de su memoria. Su hijo, totalmente alcoholizado sigue clamando que él, hubiera hecho lo mismo.
Para saber más:
1 Estudiantes, obreros, filósofos y hombres de acción.
«Los primeros grupos conocidos, el MIL y el llamado OLLA, nacidos durante la primera mitad de los años setenta, cuando aún no había muerto el dictador, eran la síntesis de las formas de acción espontáneamente libertarias de la juventud con la ideología marxista heterodoxa que se extendía por los centros de trabajo y las Universidades del Estado, y muchos de ellos, como Roger, se acercaron al movimiento libertario como respuesta natural al centralismo y al autoritarismo de leninistas, estalinistas, maoistas, trotskistas y otros comunistas ortodoxos que intentaban dirigir las pequeñas revueltas cotidianas que se empezaron a extender por la geografía ibérica. El situacionismo abría nuevas puertas detrás de las cuales las luchas eran más divertidas, irónicas y provocadoras, a la vez que rompían esquemas rígidos poco acordes con los tiempos de frenesí que la sociedad del bienestar y de consumo ofrecía a la juventud. Mezcla de estudiantes y de obreros, de filósofos y de hombres de acción, influenciados por los movimientos contracuturles internacionales, el principal aliciente de la generación de “Llengües” era la propaganda para poder masificar la revuelta y, primero, hacer caer el régimen fascista para, posteriormente, acabar con la sociedad capitalista.»
Fragmento del libro: Grupos Autónomos. Una crónica armada de la transacción democrática (Joni D; 2014; El Lokal, Barcelona)

2. Documentales: Hablan los protagonistas
- Documental sobre el MIL de Martina Loher Rodriguez donde algunos de sus militantes cuentan su experiencia. Catalán y francés con subtítuos en castellano. Ver en Youtube.
- Rock Progresivo. Cuentan que algunos militantes del MIL eran entusiastas seguidores de bandas catalanas como Máquina! y Om. Eran formaciones de Rock progresivo, una corriente que mezclaba cultura hippie, rock sinfónico y hard rock, cuya herencia más conocida es Triana. ¿Como llegaron estas corrientes vanguardistas del rock a la España de Manolo Escobar? El documental Underground, la ciudad del arcoiris nos lo explica. Ver en Youtube.
- Queridísimos verdugos es un documental de Basilio Martín Patino, basado en entrevistas a verdugos, familiares y testigos de los crímenes. Es una pieza de coleccionista. Fue rodada de forma clandestina en Diciembre de 1970. Uno de los entrevistados es Antonio López Sierra, verdugo de Salvador Puig Antich. La pena de muerte estuvo vigente en España hasta 1975. Ver en Vimeo.
3. En otras webs
- autonomiaobrera.net: Archivo digital de la Autonomía Obrera
- contrainformacion.es: Recordando a Salvador Puig Antich
- lavanguardia.com: Puig Antich, enigmas de un caso sin resolver
- noticasdenavarra.com: El carcelero cómplice de Salvador Puig Antich
- elplural.com: 44 años de las últimas muertes por garrote vil
- somosmalasana.eldiario.es: López Sierra, el último verdugo
- ara.cat: El redactor de la sentència de Puig Antich no veu motius per ser extradit: «El judici va ser correcte«